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Abordar la inflación mediante reformas económicas

La inflación ocurre cuando los precios de los bienes y servicios aumentan con el tiempo. Esto significa que puedes comprar menos con la misma cantidad que antes. Por ejemplo, si un paquete de pan costaba 30 SRD el año pasado y ahora 50 SRD sin que su poder adquisitivo se haya ajustado proporcionalmente, entonces eso es inflación.
Combatir la inflación requiere reformas económicas fundamentales, si se consideran los factores micro y macroeconómicos que la sustentan. Reformas económicas que van más allá de las medidas monetarias tradicionales, que resultan incapaces de abordar los problemas estructurales subyacentes de inflación e inestabilidad económica.

Un paso audaz pero factible para abordar la inflación e impulsar la estabilidad económica es la transición a un sistema “sin dinero” tal como lo conocemos hoy, lo que requerirá, hasta cierto punto, un cambio de paradigma profundo y dramático. Esto se relaciona con cómo definimos y llevamos a cabo actividades y transacciones económicas.

La transición a una sociedad sin efectivo puede no ser fácil, pero es un paso necesario para abordar eficazmente los problemas estructurales de la inflación y la desigualdad e inestabilidad económicas

Esto significa que debemos repensar fundamentalmente nuestros sistemas económicos y el papel del dinero dentro de ellos y, en cambio, luchar por un sistema basado en el intercambio directo de recursos que represente un cierto valor económico y explote la eficiencia de la tecnología moderna. El concepto de una economía sin efectivo, o incluso más claramente una economía "sin efectivo", parece revolucionario, pero es esencial entender que sólo es cuestión de redefinir las reglas que dan forma a nuestros sistemas económicos actuales y romper con las convenciones. y/o tratados que respalden nuestro sistema financiero actual.

Factores como las crisis financieras, las sanciones financieras impuestas a países soberanos y las guerras comerciales entre superpotencias económicas pueden iniciar o acelerar sutilmente el proceso de este cambio, a medida que las restricciones exponen las vulnerabilidades del sistema actual. A través de una exposición colectiva de las limitaciones y vulnerabilidades, existe la oportunidad de regresar a la fuente financiera, donde el comercio económico se basa en medios de valor y no en moneda.

Esto significa que, en lugar de depender de monedas y divisas para el comercio, las economías pueden asignar e intercambiar recursos directamente en función del valor económico. Por ejemplo, los países pueden celebrar acuerdos comerciales exclusivos e intercambiar petróleo por otros recursos naturales o materias primas, basándose en la oferta y la demanda, sin necesidad de utilizar dinero como 'intermediario'.

Este concepto está en el corazón de una economía basada en recursos, donde los bienes y servicios están disponibles en función de la necesidad y no del poder adquisitivo. Este cambio ya es visible a pequeña escala en países que enfrentan fuertes sanciones financieras, hiperinflación o países que intentan desdolarizar sus economías.

El papel de la tecnología Blockchain puede desempeñar un papel muy importante en esta materia, debido a sus múltiples aplicaciones operativas y logísticas, como el almacenamiento, seguimiento y distribución eficiente de activos financieros y bienes muebles y/o inmuebles. Por ejemplo, al tokenizar o convertir recursos naturales o materias primas en activos digitales, se pueden gestionar, distribuir y comercializar de forma más fácil y segura.

Este proceso de digitalización y tokenización de sujetos y objetos permite hacer que los derechos de propiedad, los derechos de voto y el acceso a servicios específicos sean digitales y programables. En esta nueva economía emergente, los tokens representan no sólo valor, sino también propiedad y derechos, abriendo la puerta a un orden mundial y una forma de interacción económica y social completamente nuevos.

Por lo tanto, la transformación hacia una sociedad sin "dinero" depende enteramente de simplemente redefinir el dinero mismo. Necesitamos ampliar el concepto de tokenización para incluir tanto sujetos (por ejemplo, registro de ciudadanos) como objetos (por ejemplo, papeletas). Este cambio allana el camino para el "dinero" programable, donde los tokens digitales pueden cumplir diversas funciones, como los derechos de propiedad y los derechos de voto antes mencionados.

Con el enfoque anterior podemos sentar las bases para una economía más sólida y resiliente. Esto significa decir adiós a las monedas tradicionales y pasar a una economía basada en recursos, respaldada por tecnología avanzada.

Esta transformación, si bien desafiante, ofrece un camino prometedor hacia una reforma económica sostenible y un futuro donde el valor y la necesidad sean las fuerzas impulsoras, no las fluctuaciones de los sistemas monetarios. En estos tiempos desafiantes de crisis financieras globales, es aún más crucial que pensemos de manera innovadora y estemos abiertos a soluciones innovadoras que puedan estabilizar y fortalecer nuestra economía.

La transición a una sociedad sin efectivo puede no ser fácil, pero es un paso necesario para abordar eficazmente los problemas estructurales de la inflación y la desigualdad e inestabilidad económicas. Es una evolución que, si se hace correctamente, remodelará drásticamente nuestro panorama económico y creará un futuro en el que las transacciones económicas y el comercio se basen en la equidad, la eficiencia y el valor real.

Fuente: De Ware Tijd Online 06/04/24
Autor: Anthony Roy Sporkslede | Fundador y CEO Mercury Iconex

Actualizado el: 23/12/2024

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